
Así como el sector de los médicos necesita un vocabulario específico para comunicarse, también lo necesitan los camioneros o las azafatas. Así como los cocineros de bares y restaurantes necesitan palabras específicas para referirse a recetas y preparaciones, los abogados se comunican en una jerga legal que el común de la población no comprende del todo, mucho menos, aprende.
En el mundo del libro las cosas no son distintas: tenemos una gama amplísima de palabras para referirnos a todo lo que tenga que ver con la edición y el diseño, ya sea para referirnos a cosas tangibles, como una publicación, o a conceptos intangibles, como las altas (las mayúsculas), las bajas (las minúsculas), el control de cambios o el kerning o tracking en InDesign, el programa que usamos para maquetar.
En esta ocasión, revisaremos brevemente cuáles son las partes de un libro.
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