Ya está aquí la segunda parte del tema que tratamos hace unas semanas en una primera parte sobre las generaciones españolas y su vocabulario.
Decíamos que la historia lingüística nace del hablar y los dejes de cada generación, normalmente la calificada como joven de esa misma época, la más variada y rica. Hasta ahora nada más y nada menos que cinco son las generaciones que forman parte de nuestro día a día, y en nuestro periodismo se habla de ellas continuamente.
Sin embargo, y de la misma forma que lo cuestionamos en la parte uno de este tema, ¿quién nos dice que no estamos alimentando esa quinta generación, o ya en la creación de una sexta generación con un habla distinta debido a la situación sanitaria mundial?
Nuestra realidad ha cambiado. Por ello, nuestras palabras también.
Primeras generaciones
Desde la generación silenciosa, la de los baby boomers y la Generación X, hasta los millennials y la Generación Z —todas ellas únicas y llenas de significados culturales— nos han prestado numerosos términos característicos de esas épocas, y que en Vuelo Ártico vamos a recordar.
Ubicamos el significado de solteronas en un marco cultural propio de la época silenciosa y molar lo unimos directamente con la jerga de los baby boomers. Aunque nos resulte imposible creer que esta última sea tan antigua, la realidad es que lleva en nuestro vocabulario la tira de años, al igual que guay o chachi, que nada de cierto hay en algunas afirmaciones de que sean palabras modernas.
Pero no creamos que estas generaciones previas ya comentadas no tienen más ejemplos, porque la lista es infinita. Y repipi, botarate, guateque, keli, quinqui o emoticono son solo algunos ejemplos que podemos enumerar brevemente. Pero no solo hubo palabras, sino que muchos giros idiomáticos, frases hechas y expresiones que también se hicieron un hueco en el castellano de España, sobre todo en la Generación X.
¿De cuáles estamos hablando? Seguro que los conocéis todos: nanay de la China; fresquíviri; no te enteras, Contreras; guay del Paraguay, que ya mencionábamos en el artículo previo; el truco del almendruco; o Yes, very well, fandango, entre muchísimos otros.
Sin embargo, los millennials y la Generación Z son dos épocas riquísimas en cuanto a vocabulario nuevo e innovador. La globalización y la expansión mundial a nivel tecnológico que hemos vivido y de la que somos partícipes —e incluso diríamos que responsables en una enorme parte— han traído como consecuencia una evolución de la terminología en todos los idiomas, no solo en español. Pero como todo, también encontramos algo negativo en ello, y es que el impacto que estos nuevos términos ha tenido en la sociedad puede que no sea tan tremendo en los usuarios del idioma, incluyendo también a los mayores. El volumen de palabras nuevas es tan amplísimo que puede llegar a resultar más complicado que se afinquen con tanta fuerza como venía ocurriendo en las generaciones anteriores.
Esto no quiere decir que no haya casos característicos que nos trasladen a estos años, y que sepamos a ciencia cierta cuál es su significado. Lo anterior teniendo en cuenta el mejor marco en el que colocar los términos más característicos de estas dos generaciones sociales.
Los millennials
Somos millennials los que hemos nacido en las décadas de 1980 y 1990 y que gozamos de nuestra juventud en las del 2000 y 2010, abriendo además un nuevo siglo. Somos la generación de la comunicación como forma de vida, pero un estilo de comunicación un tanto diferente a lo que se conocía hasta entonces; porque nosotros la manteníamos a través de las primeras pantallas de ordenador. Hoy, por otro lado, continuamos esa comunicación a través del resto de dispositivos a los que estamos pegados las 24 horas día para que las conversaciones duren ad infinitum. Los móviles (o «celulares» en algunas partes de Latinoamérica), sobre todo.
Es de imaginar, en este caso, que los términos más significativos de estos años estén relacionados al cien por cien con esta temática. Pero no olvidemos otros como nini, choni, cani o posverdad, que también nos han dejado mucha huella y a veces han sido protagonistas de momentos puntuales de la historia de España.
Sin embargo, la que se lleva la palma no podía ser otra que selfie (castellanizado como «selfi» por la RAE), estamos de acuerdo en eso. Nos llegó hace siete veranos, entonces se trataban de unas autofotos que solos, sin ayuda de un tercero, nos hacíamos mientras extendíamos al máximo nuestros brazos para encajarnos en aquellas pantallitas, y hoy ya son parte de los reportajes fotográficos de cualquier momento. No hay evento, reunión familiar o entre amigos o excursión en solitario que no quede inmortalizada por un selfi.
Fue tan grande el impacto que tuvo en nuestra sociedad y en nuestro idioma que la Fundéu la eligió como palabra del año en 2014, después de que ya lo hiciera un año antes el Diccionario Oxford para evidenciar la relevancia mundial de la palabra.
Generación Z
Los nacidos a partir de 2005 y que están viviendo su juventud hoy son los protagonistas de la Generación Z, la que estamos aún por descubrir en muchos aspectos y la que según otros va a ser una de las más castigadas en cuanto a un futuro sencillo. Si los millennials iban de la mano de las pantallas grandes o chicas, esta generación, habiendo heredado esas costumbres, está inmersa en YouTube, redes sociales y videojuegos.
Todavía es pronto para señalar qué vocablos son los que abrazan a esta generación, pero sí podemos especular entre algunos de ellos. Apuntábamos que Internet es el centro de todas sus vidas, sus obligaciones y sus tiempos de ocio (sobre todo en tiempos de Covid19), así que influencer o meme podrían estar peleando por los primeros puestos. Además, la barrera de la distancia entre culturas es inexistente con tanta información circulando en redes sociales y teléfonos, y eso trae consigo una pluralidad de expresiones en cualquier idioma, predominando siempre el inglés. Por eso, ya no nos resulta extraño escuchar un fuck en conversaciones de jóvenes.
Pero ojo, ¿quedará aquí la lucha por ser estas las candidatas a palabras de esta generación o época, o más bien tomarán parte importante en esto todos los términos que nos están inundando estos meses, como confinamiento, desescalada o PCR?
Solo el paso del tiempo nos ayudará a esclarecerlo. Eso es lo bello de las palabras.
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