Por: Ana Samarskaya
La literatura es un arte de la expresión verbal, o al menos así es como la define la Real Academia Española. Cuando una persona se pronuncia ante los demás como lectora habitual, automáticamente gana prestigio y fama de ser culto e intelectual.
Pero no es lo mismo decir que te gusta leer a los clásicos, la novela histórica, de ciencia-ficción o la fantasía épica, que decir que te gusta leer cómics, fanfics o la novela rosa. En el momento exacto en el que alguien anuncia que disfruta de las novelas románticas, de inmediato pierde cualquier estatus de persona instruida y versada a los ojos de los demás.
¿Por qué hay esta distinción entre la literatura “de verdad” y la literatura “baja”? ¿Y por qué las novelas románticas son consideradas noveluchas sin calidad literaria? ¿Quiénes son los que lo deciden y por qué hemos acordado, casi unánimemente, que la novela rosa es un género exclusivamente “de mujeres”?