Reflexiones sobre las fajas y su rol en la venta de libros

artículo blog Chile España

En esta época de información acumulada, las posibilidades de buscar recomendaciones que nos lleven a conseguir un libro u otro son múltiples. Desde las reseñas en redes sociales, pasando por los blogs especializados o sencillamente los comentarios de algún conocido que influirá en nuestra decisión.

Sin embargo, hay otra variante: el marketing y la publicidad que se le da a una publicación en especial, aquella que las editoriales quieren ver encumbrada en los rankings de los más vendidos. Para ello existen, además de todo el embrollo que rodea a la obra en cuestión (léase presencia en los medios de comunicación, entrevistas al autor, lanzamientos), los mecanismos que están en el mismo libro y que convencen a quien lo ve en un escaparate para comprarlo. «El texto de detrás», es decir, el que está en la contraportada o contracubierta, algún que otro añadido, un sello de los premios conseguidos por tal autor o autora y, también, entre otros, las fajas.

Tenemos que partir de la base de que, si se trata de algo que nos gusta, y que nos gusta mucho, y que queremos consumir, y que de hecho define nuestra vida, como los libros, todos somos susceptibles de caer y toda estrategia es aceptable, como cualquier cosa que queramos hacer para impulsar una autoedición, por ejemplo.

Las fajas de los libros que utilizan normalmente las editoriales tradicionales, en este sentido, hacen muy bien su tarea

¿No les ha pasado de estar paseando por una librería y de repente solo prestar atención a aquellos productos que tienen faja? Hay de muchos estilos, pero generalmente están enganchadas a la zona inferior del libro, casi al final, y combinan con el color de la cubierta de este. Por supuesto, son otro producto que no se haría bien de no ser por los expertos en diseño editorial.

Lo más interesante de estos elementos es que tienen mensajes que, de tan rimbombantes y superfluos, incluso, parecen sacados de las palabras más bellas que pudieran decir los padres de los escritores y escritoras involucrados tras leer el proto-original. «Impactante», «La mejor novela del año», «Adictiva», «Irresistiblemente magnífica» son solo algunos de los adjetivos tipo.

Pero también están aquellas sentencias que nos llevan a escoger un libro u otro, casi como falacias argumentales que coquetean con el concepto de autoridad. «Recomendada por Mark Zuckerberg y Barack Obama» es un buen ejemplo, planteada en una grandiosa saga que ahora no corresponde nombrar pero que por lo visto no necesitaba de ese aliciente; o aquellas afirmaciones que vienen de creer en una especie de verdad absoluta ad populum, lo cual de cierta forma también parece un coqueteo con una impostura argumental: «Leído por más de X personas en los Estados Unidos», como si la cantidad fuese garantía de calidad.

lectura artículo escritor vasco faja libros

Como podemos ver, es importante poner atención a qué se está diciendo sobre la novela, y de hecho las fajas pueden darnos mucha información, pero también hay que tener claro que son una estrategia de marketing más. ¡Nunca hay que olvidar que, por mucho que tengan mensajes trascendentes que nos acompañarán el resto de nuestra vida, el libro es un producto que está en el mercado y tiene que venderse! Desde los tiempos de Balzac y de los folletines que esto es así y menos cambiará ahora.

Dicho lo dicho, tampoco debemos juzgar a un libro por no tener o, en su defecto, tener una faja especialmente exagerada. Somos de la idea de que los textos se juzgan por sí mismos y que todo lo que sale de ellos son sustancia válida, pero consecuencias de lo que algún trabajador del área editorial decidió hacer con la mejor intención su trabajo. En conclusión, la literatura siempre vale la pena y no hay nada que desmerecer en las decisiones que se tomen en la industria. Todo es legítimamente observable desde una perspectiva curiosa.

Finalmente, queda una duda: ¿qué hacemos con la faja? Es decir, literalmente. A veces puede servir como un buen marcador, a mano y acorde con la publicación. Y otras se termina perdiendo invariablemente. Ustedes, ¿cómo gestionan esto?


¿Conoces nuestros servicios?

Si necesitas corrección de textos, diseño editorial personalizado o consultoría, revisa los servicios asociados aquí o contáctanos

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *