Te decidiste a autopublicar, perfecto. Eres libre creativamente, no dependes de una editorial ni de nadie. Sabes que tu historia es genial, o a lo menos digna de ser leída por otros, pero… ¿qué hacer para que tu libro se vea bien y no parezca como una versión pirata de sí mismo?
A continuación te daremos algunos consejos para mejorar detalles clave a la hora de pasar tu obra de un original o manuscrito a un libro.
1. La tapa vende
No es nada nuevo de decir, pero si no eres experto haciendo tapas o diseñando, ocupa recursos que ayuden a suplirlo. Canva es una opción, pero en el fondo siempre necesitas tener conocimientos previos y seguir consejos de expertos.
Si quieres usar esta herramienta de todos modos, procura incluir pocos elementos, que se vea simple, una tipografía, una imagen y un color; menos es más. Aunque recuerda, siempre será mejor la ayuda de un profesional.
2. Pocas fuentes tipográficas
Como mencionaba en el punto anterior, menos es más. Es tentador tener disponibles tantas tipografías gratuitas y creativas en Internet. Y usar una para los títulos, otra para las bajadas, para las negritas, portadillas etc. también lo es. De normal, lo único que se logra es distraer y sacar al lector de la historia. Es mejor apostar a lo neutro y a una tipografía para títulos, si lo que se quiere dar variedad.
3. Los detalles son todo
Un libro puede hacer la diferencia ante otro de iguales características si tiene pequeños elementos que hagan la diferencia. Los folios son ignorados muchas veces, pero bien ubicados pueden dar elegancia. Lo mismo una letra capitular. O los márgenes, que pueden hacer ver una página saturada o equilibrada y ligera, según cuanto se entregue a ese espacio en blanco. Las páginas de descanso son importantes para permitir llevar un ritmo o invitar a reflexionar sobre lo leído.
4. Preparación para la impresión
Esto es importantísimo, aquí no se pueden cometer errores y los detalles son imposibles de ignorar. Puedes arruinar un largo trabajo si queda mal impreso, asegúrate de que antes de ser enviado a una imprenta no falte ninguna imagen, tipografía y que todos los colores sean para imprenta (CMYK). Aquí no hay que apresurarse, revísalo las veces que sea necesario.
5 Déjalo reposar
Hay veces que las ansias ganan y enviamos a imprimir o mostramos al mundo nuestra nueva creación, y justo en ese minuto vemos una terrible falla, ¡parece mentira que se nos pasara! Antes de dar el vamos, a veces es mejor dejar un tiempo para alejarse de la obra y luego verla sin estar tan saturados. A veces el bosque no deja ver los árboles.
Siguiendo estos consejos mejorarás la calidad estética de tu obra y de seguro el tono profesional de tu trabajo saldrá a la luz.
Así y todo, nunca hay que olvidar que la opinión de un experto es fundamental.