Para muchos, el mundo de la edición y diseño de un texto se configura como una nebulosa. Para qué negarlo: no se tiene demasiado conocimiento del trabajo que realizamos editores y diseñadores cuando nos sumergimos en esta titánica tarea.
Por esta razón, haremos un mapa de ruta en dos entregas para explicar, de manera sencilla, cómo realizamos nuestro trabajo una vez que se requiere un servicio que incluya (casi) todas las cosas que hacemos.
La recepción del documento (y las mil y una preguntas asociadas)
Cuando algún cliente tiene interés en trabajar con nosotros, antes nos hace muchas consultas respecto a los pasos a seguir y los procedimientos que llevaremos a cabo. Es totalmente entendible, por supuesto, así que, antes que comience la colaboración, formulamos un presupuesto en el que detallamos cada uno de los servicios requeridos y sus respectivos valores.
Una vez que el cliente lo recibe, generalmente nos hace preguntas más específicas, que van desde tiempos de trabajo, formas de pago y detalles de nuestros procedimientos, los que respondemos sin compromiso para que ambas partes estén satisfechas desde un comienzo al contar con nuestros servicios y convertir este proceso en un trabajo transparente.
Después de que el interesado o interesada se decide por nuestra asesoría, hacemos envío de un contrato tipo donde se estipulan todos los detalles técnicos, además de los deberes y derechos de ambas partes, entre ellos los plazos, tiempos y otros asuntos. Esto con el fin de que cliente y profesional puedan consultar los detalles.
Tras la recepción del manuscrito, el cual salvo excepciones necesitamos en formato Word, comenzamos a leer, corregir y editar el texto. En fin, a pulirlo para prepararlo hacia el diseño.
El proceso de edición
¿Qué hace un editor? Una muy buena distinción es aquella que dice que «editor» son dos figuras distintas: alguien que supervisa la transformación de un texto en bruto y lo va mejorando, o el editor jefe, que decide qué se publica y qué no en una editorial tradicional. En este caso nos referiremos a la primera acepción.
Teniendo esto en claro, surje que la mejor respuesta a la pregunta es: los editores son quienes potencian la obra de un autor para sacarle el máximo provecho a la obra o escrito ya realizado. Por esta razón muchos escritores nos contactan para que los ayudemos en sus creaciones con la aplicación de los servicios que entregamos, que van desde un informe de lectura, asesorías que guíen el camino ya comenzado o la edición total de la obra, convirtiendo el texto en uno listo para ser autopublicado, postulado a concursos o presentado a editoriales.
Así, realizamos un trabajo minucioso que va desde la corrección ortotipográfica, de estilo (véase al respecto el Decálogo para encargar la corrección de un texto realizado por la Fundéu) y editing hasta sugerencias respecto a temas de redacción, técnicas empleadas, consejos atingentes y otros aspectos literarios.
Antes de pasar a manos del diseñador, nos reunimos con este para contarle aspectos generales de la obra con el fin de que se haga una idea del libro cuyo diseño se trabajará. Terminado el trabajo de edición, el texto definitivo pasa a manos del diseñador.
Diseño y diagramación
Entregaremos una breve pincelada del complejo trabajo que se realiza a la hora de diseñar un libro físico, para poner un ejemplo del soporte que más nos piden y del cual ya hemos hablado más profundamente en otra ocasión.
Antes, es preciso referir que diseñar uno o cualquier otro soporte de comunicación parece ser una tarea fácil, pero la verdad es que no lo es. Elegir un formato, las tipografías, las viñetas y la configuración correcta, entre otros aspectos, es un gran desafío porque pese a que un lector potencial no se fija muchas veces en estos detalles, sí ayudan a que su lectura sea fluida y jerarquizada. Es más que nada un asunto de percepción y profesionalización del texto; no por nada un libro nunca es solamente un Word impreso. Si no… ¡cuántos libros existirían!
Tras el diseño de la tripa o interior del libro, debemos afrontar el diseño de la cubierta, en donde el diseñador debe cotejar su estética, las ideas del autor sobre su obra y las que surgen tras la lectura del texto para conseguir la armonía deseada. Tras terminar este proceso, nos vemos nuevamente con el autor para analizar y cotejar el antes y el después de la obra.
Esto por ahora. En la próxima entrega abordaremos uno de los procesos más complejos del mundo editorial: precisamente aquella retroalimentación con el autor tras haber realizado nuestro trabajo, junto con la posterior discusión para tomar las decisiones finales de contenido y diseño. Por último, revisaremos el proceso definitivo de diseño y edición de la obra, en donde nuestro proyecto continúa en la cadena de producción hasta la creación de un eBook o pasa directamente a imprenta, un momento especialmente delicado.