¿Informe de lector cero? Ya lo conocemos. ¿Y el informe de lectura profesional? La verdad es que muchos desconocen su utilidad dentro de la industria, sobre todo en el caso que nos convoca: los servicios editoriales. En este apartado abordaremos brevemente este concepto para que, cuando lo escuchemos, ya sepamos de lo que se trata.
El informe de lectura profesional se puede entender como un documento orientativo para los autores, quienes, tras terminar su proyecto literario, pueden acudir a un editor o editora que les entregue una opinión del texto de forma imparcial. ¿El objetivo principal? Analizar fortalezas y debilidades de la escritura y potenciar el trabajo ya culminado.
Es preciso entender que este informe que planteamos no es el que se hace dentro de las editoriales para evaluar originales, es decir, aquel informe de lectura convencional, frecuentemente confeccionado por un editor, que llega a manos del director editorial. Hay una diferencia basal, pues mientras el primero apunta a un equipo editorial que debe decidir sobre el futuro de una publicación, el segundo compendia una información que se le da al autor sobre su texto según los siguientes aspectos.
Las partes de un informe de lectura profesional
Este informe se puede desglosar en cuatro partes: técnica, descriptiva, valorativa y consultiva. Cada una de estas aristas da cuenta del texto de manera integral.
La parte técnica indica per se los aspectos técnicos de un libro: el autor, cantidad de páginas y género, entre otros elementos particulares.
Por otro lado, lo descriptivo se vincula directamente al texto, haciendo referencias a la trama, estructura de la obra, orden de los capítulos, conveniencia de la información mostrada y la importancia del autor en relación al texto.
La fase valorativa se focaliza en aspectos netamente literarios, caso en el que se consideran referencias a otros autores y obras. Por otro lado, se estima el potencial comercial, público ideal y sensaciones que produce el texto.
Por último, la parte consultiva se constituye en la interrelación de sugerencias y consejos de distinta índole. Todo lo que tenga que ver con cambios a corto o largo plazo, aspectos a tratar para ser mejorados o estimulados, etc., se encuentra enfocado en explorar el mayor potencial de la obra.
Se puede ver que este tipo de informe permite dar una valoración de los puntos neurálgicos de un texto, dando cuenta de su valor no solo literario, sino que también comercial. Este, por ejemplo, es uno de los únicos puntos que comparte con el informe editorial con fines evaluativos que realizan las editoriales, sobre todo las más grandes.
Así, el informe de lectura profesional —que nosotros también ofrecemos— se vuelve sumamente útil para los autores que quieran conocer una opinión fundada respecto a sus escritos. Al fin y al cabo, un asidero y sobre todo una motivación con la cual trabajar los textos antes de mandarlos a una editorial para ser evaluados o, cómo no, a un concurso literario.
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