Cuando autores y personajes se convierten en palabras

autores y personajes que se han convertido en palabras

Por: Anastasia Samarskaya

La literatura y el lenguaje son dos elementos inseparables, eso está claro. Sabemos que, sin lenguaje, la literatura ni existiría. Es una relación de dependencia, sí, pero de dependencia mutua, aunque suene extraño decirlo.

La literatura también influye sobre el lenguaje. Por ejemplo, sabemos que William Shakespeare, ese maravilloso dramaturgo inglés que todos conocemos, creo muchísimos términos de la lengua inglesa simplemente porque las palabras que necesitaba en sus escritos no existían. Así que se las inventaba, y posteriormente, estas palabras terminaron formando parte del idioma inglés.

Pero hoy hablaremos de otro tema. Hoy hablaremos de términos de vocabulario de nuestra lengua que se han formado a partir de escritores y personajes literarios que han influenciado en nuestra cultura de gran manera, y, sobre todo, vamos a definirlos bien para que sepas cómo utilizarlos correctamente.

Autores que han devenido en palabras

Por ejemplo, seguro que has oído, aunque sea una vez, las siguientes frases: que lo que vemos se trata de un paisaje dantesco, que esto es una situación kafkiana, que alguien es sádico o maquiavélico… ¿a que sí? Bien, pero ¿qué significan?

  • Dantesco es un término que viene del nombre del escritor italiano Dante Alighieri y que significa que algo causa terror y espanto. Ejemplo: El escenario del crimen era un paisaje dantesco, había sangre y vísceras por todas partes.
  • Kafkiano (término creado del nombre de Franz Kafka) significa algo trágicamente absurdo, muy al estilo de las obras de este escritor. Ejemplo: Con todos los malentendidos y la mala comunicación, la velada se convirtió en una situación kafkiana y todos volvieron a casa de mal humor.
  • Orwelliano (George Orwell, autor de la distopía 1984) describe las situaciones represivas y totalitarias típicas de una dictadura. Ejemplos: las películas de ciencia-ficción suelen presentar futuros orwellianos.
  • Sádico (del nombre del Marqués de Sade, escritor francés) hace referencia a alguien que disfruta infligiendo dolor o sufrimiento físico o psíquico a otra persona. Ejemplo: Sentía un placer casi sádico al ver a su exmarido sufriendo en aquella tesitura, sin saber cómo arreglar su situación económica tras el divorcio.
  • Maquiavélico es otro otro escritor italiano, Nicolás Maquiavelo, autor del tratado político El Príncipe, que describe a una persona que usará cualquier método, por inmoral o pérfido que sea, para conseguir sus objetivos. Ejemplo: Él tenía una mente maquiavélica, le daba igual usar o engañar a sus seres queridos con tal de conseguir la herencia para él solo.

El turno de los personajes

También algunos grandes personajes de la literatura han dejado su huella en nuestra lengua, de aquí sacamos palabras tales como “quijotesco”, “donjuanesco”, “cándido”, “pantagruélico”, etc.

  • Quijotesco (viene a raíz del personaje de Don Quijote) significa que algo es poco realista, inverosímil, una fantasía, algo casi imposible. Ejemplo: No me interesan los proyectos quijotescos, quiero propuestas reales que sí se puedan llevar a cabo en un año.
  • Donjuanesco (viene del personaje de Don Juan, sobre quien han escrito numerosos autores, entre ellos Molière, Tirso de Molina, Zorrilla, entre otros) hace referencia a un seductor hábil a la hora de engatusar a las mujeres, con frecuencia jóvenes. Ejemplo: La sedujo con su carácter donjuanesco y sus palabras bonitas.
  • Cándido (por el personaje creado por el escritor francés Voltaire) se trata de una persona extremadamente optimista, ingenua y de buen corazón, hasta el punto de parecer tonto a los ojos de los demás. Ejemplo: María es demasiado cándida, todo el mundo se aprovecha de su bondad.
  • Pantagruélico (personaje de la obra Pentagruel, de Rabelais) significa algo masivo, excesivo, con exagerada abundancia. Ejemplo: Mi madre preparó para mi boda un banquete pantagruélico, ¡ni que fuesen a venir sesenta personas!

En resumen: De literatura vivimos

Como puedes ver, es muy común encontrar términos literarios en nuestro vocabulario. Seguro que usabas estos términos en tu día a día, pero ¿de cuántos de ellos conocías su origen literario?

Ahora ya podrás usarlos con total seguridad, sabiendo perfectamente lo que significan y qué describen. Y sobre aquellos que no conocías, puedes incorporarlos en tu habla para enriquecer tu vocabulario.

¡Tal vez acabes poseyendo un vocabulario gongorino! (jeje, del poeta español Luis de Góngora, quien se caracterizaba por usar palabras muy difíciles y rimbombantes en su poesía).


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