Si bien ya pasó el 8M, en muchos lados marzo se constituye como el mes de la mujer, por lo que no es tarde para destacar autoras que han utilizado su voz a lo largo del tiempo para defender la igualdad de género.
En ese sentido y a grandes rasgos, la literatura feminista trata de mostrar las diversas formas en que las mujeres deberían ser tratadas con igualdad. Los clásicos del género ponen bajo la lupa las relaciones, la ambición y la maternidad; el sexismo, la violencia y la doble moral se exponen sin reparos. En el centro de todo relato, se muestra a mujeres que luchan por el equilibrio y la felicidad, sea cual sea su definición.
Por eso, compartimos algunas recomendaciones para estos días.
El segundo sexo, Simone de Beauvoir (1949)
Piedra angular de la teoría feminista, el primer volumen nos entrega el vocabulario para entender la feminidad. Su concepto de «el otro» —una dicotomía en la que la masculinidad es lo normal por defecto y la feminidad, por lo tanto, no es normal— es una idea que ahora irradia en las conversaciones sobre todos los aspectos de la sociedad, más allá de las cuestiones de género. El segundo volumen se centra en las preocupaciones domésticas: cómo se educa a los niños y a las niñas de forma diferente, el papel de la moda en la identidad femenina, las amistades de las mujeres, el embarazo, el matrimonio, la frustración sexual e incluso las tareas domésticas. En definitiva, se trata de una mirada crítica a cada rincón de lo que significa ser mujer en el mundo occidental.
El cuaderno dorado, Doris Lessing (1962)
Anna lleva la cuenta de su vida en cuatro cuadernos. El azul es un diario, el negro es para los recuerdos de África, el amarillo es su lánguida ficción y el rojo contiene sus escritos políticos. Pronto, Anna se da cuenta de que compartir su vida no es saludable. Por temor a la locura, decide empezar un nuevo cuaderno, uno dorado, que enfocará de forma comprensible su vida como madre, escritora, comunista, amiga y amante.
La campana de cristal, Sylvia Plath (1963)
A pesar de un historial de éxitos académicos y profesionales, Esther se encuentra en una espiral de dudas sobre sí misma. El matrimonio y la maternidad parecen demasiado opresivos para ella, pero siente que se le acaban las opciones. Si a esto le añadimos una serie de dobles estándares sexuales, la frustración resulta abrumadora. Esther decide que si no puede controlar su propia vida, al menos puede controlar su muerte, con lo que comienza a planificar el suicidio.
El cuento de la criada, Margaret Atwood (1985)
La República de Gilead se basa estrictamente en el Libro del Génesis de la Biblia. Para las mujeres, las consecuencias son opresivas, mortales y distópicas. Offred es capturada mientras trata de escapar y es obligada a servir como sierva: una mujer asignada a una familia que no puede concebir un hijo, con órdenes de ser la madre de alquiler. A través de sus experiencias, se nos muestra cómo el patriarcado absoluto, unido al fundamentalismo religioso, conduce a una completa eliminación de la autonomía y los derechos legales de las mujeres.
Los hombres me explican cosas, Rebecca Solnit (2014)
La palabra «mansplaining», es decir, cuando un hombre explica condescendientemente algo obvio a una mujer porque supone erróneamente que ella no lo entiende, se debe al ensayo de Solnit. Este, junto con otros seis, aborda la realidad de las mujeres en el siglo XXI. La desigualdad en el trabajo, las tendencias en las relaciones, la cultura de la violación y el estado actual del patriarcado mundial se exponen para recordar a las mujeres de todo el mundo que el feminismo sigue siendo muy necesario.
Si quieres leer algo del ámbito latinoamericano, te recomiendo algunas autoras latinoamericanas como Mariana Enríquez, Nerea de Uguarte o Lina Meruane.