El maravilloso mundo de las comillas

 comillas angulares españolas inglesas simples

POR: BARBARA SALCEDO

Entre todos los signos ortográficos que encontramos en el español hay uno en concreto que encierra una historia tipográfica y ciertas complicaciones en su uso. Esto no lo imaginamos hasta que nos lo cuentan: las comillas.

Estas, en su mayoría dobles, son signos auxiliares de puntuación. En español podemos hacer uso de diferentes tipos: comillas angulares (« »), también denominadas latinas o españolas, inglesas (“ ”) y simples (‛ ’), con el único objetivo de marcar los distintos niveles que pueden haber en el texto.

Sin embargo, tal y como ocurre con todos los signos de nuestro idioma, este también responde a unas normas de uso que en adelante detallaremos para que nunca más las utilicemos a gusto.

El uso correcto según qué idioma

Vamos a recalcar, además, que cada idioma defiende hacer un uso propio de las suyas. Así, no hay razón para no compartir los modelos y los usos de una lengua para otra.

Es decir, mientras que en español se deben utilizar principalmente las comillas angulares (« ») al comienzo y al final del texto entrecomillado, precedidas en su apertura y seguidas en el cierre de un espacio, en francés es necesario añadir un espacio antes y después de cada signo insertado.

Por otro lado, en alemán asemejan el uso al español, sin embargo, los escriben a la inversa, es decir, el signo que nosotros añadimos como cierre (») ellos lo utilizan como introducción, y nuestro signo de comienzo («), para ellos adquiere significado de fin de la cita. Además, la forma angular de este signo ha evolucionado en italiano a un estilo más redondeado, asimilándose a los paréntesis y pareciendo casi sus hermanas pequeñas.

Por último, en inglés se utilizan las comillas inglesas, originadas alrededor del año 1546 por el francés Guillaume Le Bret (de aquí que «comillas» en francés sea «guillemets«), quien comenzó a escribirlas en posición baja y sin invertir las de apertura („ „). Todo un mundo, como vemos.

Utilización y norma

Siguiendo al padre de nuestras protagonistas, podemos decir que su nombre solo es el diminutivo de «coma». En cambio, el trazo de este signo parece que desciende de la diple, un corchete angular (< >) que en los códices y manuscritos antiguos indicaba que aquellos textos se tomaban de las Sagradas Escrituras. En definitiva, eran signos que marcaban citas, como los de hoy en día.

Más allá de la curiosidad histórica, la principal función de las comillas es señalar cuándo empieza y cuándo termina una cita, pero también nos ayudan en otros contextos y cumplen diversos roles en escritos de distinta naturaleza, sean de ficción o no ficción: introducen pensamientos de personajes, marcan términos vulgares y extranjerismos o incluso sirven como indicadores de ironía.

Por otro lado, los títulos de canciones, de capítulos, de conferencias y discursos, e incluso los largos de asignaturas, por ejemplo, también se entrecomillan. Por último, en caso de que queramos hablar del propio lenguaje en un texto, utilizaremos las comillas simples (‛ ’), que no hay que confundirlas con el apóstrofo, para indicar significados, definiciones o extranjerismos.

En español es preferible utilizar siempre las angulares, pero también es cierto que las inglesas las vemos tan a menudo que apenas notamos las diferencias y percibimos sus matices a pesar de que cualquiera de las dos es bienvenida en nuestros textos.

uso comillas manos
Dr Evil, un fanático de las comillas

Tal vez la sencillez de su grafía a mano y la comodidad en la digitación han ayudado a esto, e incluso cuando nos comunicamos verbalmente las introducimos alzando ambos brazos y haciendo un pequeño gesto con nuestros índice y corazón mientras pronunciamos la palabra en cuestión a destacar.

También hay jerarquías

En cualquier caso, siempre que tengamos la necesidad de entrecomillar algo que ya está entrecomillado, debemos actuar según el orden jerárquico de las comillas.

En primer lugar, están las angulares, seguidas de las inglesas y dejando en último lugar las simples (« “ ‛ ’ ” »). La cosa es así: la cita (comillas simples) dentro de una cita (comillas inglesas) dentro de una cita (comillas angulares). Todo esto debe ir debidamente entrecomillado.

Por si necesitáramos más texto entrecomillado, Martínez de Sousa en su Manual de estilo de la lengua española añade las comillas angulares simples (‹ ›) para las citas dentro de entrecomillados por comillas simples.

Vemos, pues, que estos signos tan usados esconden varios aspectos importantes de conocer cuando llega la hora de ser impecables al escribir.


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